El Último Vuelo
Inspirada en las historias del escritor James M. Barrie acerca de Peter
Pan "El niño que no quería crecer"
Mi
versión es un poco oscura y contiene erotismo, mas no, porno lingüística
***—**.**—***
Había pasado mucho tiempo desde que se fue de Nunca jamás, y
no volvió a recordarlo.
Wendy Darling tenía 18 años de edad. Desde hace mucho que
había olvidado su corta estancia en Nunca Jamás. Pasó su adolescencia como la
de cualquier otra chica: sociable, juguetona y feliz. A estas fechas, era una
señorita enamorada ya próxima a casarse. Con orgullo mostraba su anillo de
compromiso a amigos y familiares.
—Me da gusto que te cases con James —le decían.
Pero para Peter Pan, su antiguo compañero de aventuras, todo
fue muy diferente. Permaneció en aquel mágico lugar sin que ningún cambio
ocurriera. Sí, seguía siendo el mismo niño arrogante y vanidoso de siempre.
Pero… demasiado tarde se dio cuenta que esa niña le importaba
más de lo que creía:
—La perdí por un dedal, la perdí por miserable y ahora me
siento solo. —Exclamó una tarde mirando al cielo.— ¡Maldita sea la hora en que
me arrepentí y no le puse la trampa a Wendy, para que regresara!
Desesperado se internó en la casita subterránea que él y los
niños perdidos construyeron hace muchos años.
Pero los niños perdidos también se habían ido.
Incluso Campanita. No le dio muchas explicaciones, simplemente
se fue... No tardó mucho tiempo en olvidarla, era una hadita como cualquier
otra. Pero Wendy seguía en sus pensamientos día a día.
—Me gustaban sus dedales— se
volvió a repetir, mientras se tocaba los labios.
Ya no le servía de nada volar por todo Nunca Jamás, ya no solía
ir a la laguna de las sirenas para hacer crecer su vanidad. Tampoco iba a
visitar a Tigrilla, la princesa apache.
***—**.**—***
Peter pan pasó como flecha frente al capitán Garfio, ni
siquiera lo molestó como a menudo lo hacía. Solo daba volteretas en el aire,
por aquí y por allá.
—Es como un niño, nunca crecerá —dijo meditabundo el capitán,
mientras miraba al hombrecillo volador.
—Hasta usted Capitán, ha dejado de perseguirlo.
—Así es, cumplí mi venganza con ese chiquillo y ni siquiera
se dio cuenta.
—Lo malo capitán —dijo otro de los piratas— Es que deja que
todos crean usted es el verdadero
villano, cuando es todo lo contrario.
—Y qué más da que crean una cosa u otra —dijo mientras jugueteaba
con su inmenso bigote negro— todos, en el planeta tierra, creen que nos
mataron, pero en el mundo de los sueños, lo que se muere, no perece en realidad.
Lo importante es lo que yo crea de mí mismo —meneo la cabeza mientras la
filosofía seguía rondando su cabeza.
—Nosotros nos escapamos de las garras de Peter pan, de una
muerte segura gracias a usted capitán. ¿Cuántos son los infantes que llegó a
matar Peter Pan? ¿A cuántos engañó apartándolos del mundo de la vida?
—Algunos dicen que mataba niños —siguieron argumentando los
piratas.
James miró atentamente a Pan: Era tiempo que aún no
alcanzaba a comprender porque solo le cortó la mano pero no lo mató. A veces
creía que era más cruel de lo que parecía, le gustaba hacer mal a las personas. Sobre todo alejaba a los infantes
de sus padres, que con tanto amor los cuidaban. El nunca dejaría de creer que
ese chiquillo que se negaba a crecer era más perverso de lo que cualquiera
imaginara. Eso sí, desde que dejo a
Wendy Darling cinco años atrás, no hacía las mismas fechorías, y la muerte de
los bebes era aún menor.
Ese niño que se negaba a crecer, era además de todo, egoísta
consigo mismo, pues no se daba el gusto de disfrutar las demás etapas de
la vida. Era lo que afirmaba James Hook.
—Eres un tonto —le llego a decir más de una vez el capitán Garfio
—. Desperdicias lo que es mejor de lo mejor. Tu juventud. El amor y las
delicias de las relaciones sexuales.
—¡Eso es Asqueroso! —dio una gran mueca de asco.
—Nunca sabrás lo que es tener una familia, todos maduraran,
y por eso tú terminaras quedándote solo.
—¡Fácil! Me hago más amigos.
—No es tan sencillo como crees. Los anteriores niños
perdidos te abandonaron, lo harán los actuales, lo harán los que siguen, y así
sucesivamente. Hasta Campanita que tanto te quiso te abandono. Pero sobre todo,
Wendy. ¿Ya olvidaste cuanto te admiraba e idolatraba?
—¡Fue por tu culpa. Tú me
la quitaste y la hiciste regresar a su casa! —Se abalanzó el chiquillo
con su puñal
—Solo le hice ver la verdad, no podía abandonar a su familia
de esa manera. Acostumbras desfilar con semblante de héroe y eres mucho más
villano que yo. —dijo mientras el chico
volaba en derredor de él— .Sino fuera porque tú cobardemente vuelas. Yo te
hubiera detenido desde hace mucho tiempo.
—¡Eres un…!
El hombrecillo de verde voló hasta Garfio. Ninguno de los
dos evitó esa pelea, con la diferencia que el primero no jugaba, realmente
estaba adolorido, los espadazos volaron por todas partes. El joven no tenía el
sosiego que ahora conservaba el capitán.
***-***-***
Peter pan se alejó de ahí, sin comprender por qué se sentía mal. Un profundo dolor había
en su interior. Esa platica tan rara con el capitán, lo único que logró es que
recordara su relación con Wendy:
—Ese beso, ese dedal— resopló,— Me negué a que me lo diera,
luego se lo robé ¡y llevo más de cinco años sin olvidarla!
En efecto, estaba enamorado de Wendy como Dijo Garfio, por
eso es que respetó su vida cuando quiso marcharse, por ello es que dejo de
matar a los demás niños. El amor fue injusto con él.
¡Wendy, Wendy! Que difícil sonaba a veces su nombre.
Impulsivo cual niño que era, se dirigió a Londres. Recordaba muy bien la casa
de la familia Darling. Buscó la ventana de la habitación tan deseada. Espero unos
minutos para verla, hacía cinco años que no sabía de ella. La contempló por
primera vez, ya no era esa niña de bucles castaños. Ahora era toda una mujer.
Así, quedo mudo mirándola a través de la ventana. Su antigua amiga camino con
una bata de baño. Se preparaba para darse una ducha… Peter extasiado la siguió
sin que ella se diera cuenta.
La figura joven del niño vestido de verde, deambulaba en esa
habitación tan conocida, fue a buscarla, la escuchó cantar, se asomó al baño y
descubrió a su vieja amiga, su primer impulso fue sorprenderla y asustarla.
Pero la veía diferente. Se quedó absorto mirándola.
La joven abrió el agua tibia. Se quitó su bata, su piel blanca
quedó al descubierto para Peter que… bueno era un espíritu antiguo, siempre
había sido un niño. Ella se sumergió en el agua con burbujas y ya no pudo seguir contemplando tan escultural y
diferente cuerpo.
“Sus pechos parecen dos montañas. Y ese pelambre en el
pubis… ¡yo no sabía de eso!” pensó, entre admirado, sorprendido y asustado
Sus emociones estaban
fuera de control. Sintió algo en su interior. Mucho calor, mucho
nerviosismo. Y en su entrepierna algo le
estaba pasando, algo creció, su mano estaba sujetando en esa “metamorfosis” muy
cercana a su ingle.
¡Que era esa cosa perversa!
Trató de acomodar su falo, pero el contacto le gusó. Sin
dejar de mirar a la chica acarició su miembro. Todo le gustaba, no dejaba de
mirarla ni tocar su miembro.
La muchacha se levantó, comenzó a secar su cuerpo con una
toalla, la baba casi se escurrió de la boca de Peter
¡Esas gotas recorriendo su cuerpo húmedo! Si pudiera volaría
hasta ella y…
Impresionado voló de nuevo hasta Nunca Jamás. En ese momento
se dio cuenta que definitivamente ya no era un niño.
El cuerpo desnudo danzaba en la mente del niño, ya no tan
niño. Su falo seguía enorme. Guiado por un impulso lo siguió acariciando. La
ropa le estorbaba. Descubrió su pálido cuerpo, disfrutando las emociones nuevas.
Gritó de placer, un líquido espeso y
caliente salió de su miembro…
No eran orines, no era agua. Era algo espeso y muy diferente.
Recuperó el alivio cuando salió la última gota de esa nueva sustancia. Así como
estaba durmió en su placida cama, soñando con el cuerpo desnudo de su antigua
compañera de aventuras
Despertó cansado pero increíblemente satisfecho. Dio volteretas por aquí y por allá. El país de
Nunca Jamás ya le parecía muy chico. Fue al lago de las sienas, admiró sus
pechos, reconoció que esto le causaba emoción. Pero el cuerpo de las sirenas no le parecían
tan hermosos como los de Wendy.
Imaginaba esos glamorosos pezones deambulando en su cara,
surcando en su lengua y dándole retozos sexuales. ¿De dónde salían esos
pensamientos? Recordó como ella limpiaba su parte más íntima y descubrió por
primera vez la feminidad de una manera que nunca antes la había visto.
Si quería volver a ver ese espectáculo, tenía que ir de
nuevo a Londres. Pero esta vez ella estaba dormida:
—Wendy —habló muy despacito,— Wendy, despierta
La jovencita abrió los ojos y contempló a ese aun niño con
traje de duende.
—¿Peter? —preguntó sin poder creer aun en lo que veía.— Creí
que nunca regresarías.
Lo contempló emocionada. Eran muchos años sin verse, él aún
se veía igual que hace cinco años, Peter la miraba embelesado. Se dieron un fuerte
abrazo, emocionados. Se sentaron en la cama de ella y comenzaron a platicar.
—Me costó volver,
pero lo hice— le sonrió— ¿Aun cuentas cuentos?
—No, hace mucho que no hago nada de eso; Crecí y mis
hermanos también
—Vente a Nunca Jamás. —Propuso sin pensarlo,— Vente y nos
regalamos más dedales.
—Peter, no puedo ir, eso ya es cosa del pasado. Estoy
próxima a casarme.
—¡Casarte! ¿Acaso ya eres mujer? —no pudo evitar que le
temblara la boca.- ¿En verdad hay un hombre que te guste? —Una mezcla de celos
y tristeza lo invadió, pero no estaba dispuesto a demostrarlo
—Si Peter, si… — le dijo tranquila la niña— ¿Quieres
platicar?
Casarse… ser adulta. Algo parecido a un puñal rasgó el alma
de Peter Pan ¿Por qué tardó tanto en regresar?. Hizo esfuerzos para no llorar
como aquella primera vez en su cuarto. El chico la miro y recordó cuanto odiaba
la madures. Wendy, parecía que también había perdido la frescura de la
infancia. La miró sin decir nada, su mundo perfecto, acababa de desmoronarse.
En ese momento le hubiera gustado alejarse de ahí y no
regresar nunca, pero no pudo.
—¿Me regalas un dedal?
Los antiguos
compañeros de aventuras, se acercaron para darse el tan esperado beso, que en
aquellos ayeres llamaban dedal. Los labios se juntaron uno con otro, la humedad
traspasó sus fronteras, fue un beso largo, cargado de emociones. Al principio
Peter no sabía qué hacer, pero decidió alejar sus miedos y entregarse a ese
mundo de nuevas experiencias. Los dos se separaron, sus miradas decían muchas
cosas.
Pero Wendy que era más madura, terminó con el momento mágico
—¿Qué es lo que hace que no crezcas? —pregunto Wendy, para
terminar con ese momento tan ¿raro?
—Recuérdalo, era vivir en Nunca Jamás. —hizo una mueca tratando
de entenderla
—¡Oh sí! — Rememoró sus antiguas aventuras, y sobre todo,
ese niño que representó su primer amor
Por unos segundos quiso volver a ese maravilloso lugar. Pero
no, su lugar estaba en su casa. Además que ya no creía en aquel mundo de travesuras y diversión. Tomó
el rostro del niño sin pedirle permiso, lo besó de nuevo, él se entregó a ese
beso. La pasión estaba encendida. Lo que
resulto en un beso en los labios. Wendy se apartó ruborizada, pero al niño
encantado con la nueva travesura ahora era él, el que besaba con picardía y
travesura a la niña.
—Un dedal como nos dábamos antes— la caricia envuelta en
lujuria siguió.
Peter atrajo su cuerpo, hasta unirlo por completo al suyo,
la respiración se tornó más intensa, las manos recorrían el cuerpo, presas de
la desesperación por amar
Las caricias llegaron hasta el final de la espalda, quería
tocar más abajo
—Espera —Se separó,— eso no está bien
—¿Por qué no? Es parte de tu cuerpo, además yo solo quiero abrazarte
—dijo el joven de verde cada vez más intenso, en un nuevo amago de tocarla.
—¡No, eso no está nada bien!
—Apenas hace unos minutos que me ves, y ya te estas
enojando.
—Es hora de que te vayas— Dijo la joven desesperada.
Comprendiendo que si se quedaba un minuto más con el joven la pasión la
abordaría
Orgulloso y altanero se fue sin despedirse, pero una parte
de él, le dijo que no sería la última vez que se verían, y menos aún, sería la última
vez que la tocara.
Al día siguiente el joven espero que la muchacha empezará a
bañarse de nuevo, la espió como la vez anterior. De nuevo las mismas sensaciones
¡De nuevo todo!
“Con ganas de estar desnudo, con ganas de…”
Contempló el cuerpo desnudo de esa mujer que tanto deseaba,
la anheló… su cuerpo, sus manos, todo
era perfecto para él. Peter sin querer hizo un movimiento, golpeando el mueble
que lo ocultaba.
—¿Quién es? — Wendy preguntó nerviosa.
¡Era ahora o nunca!
El chico salió de su escondite. Ya no pudo ni quiso
controlar sus deseos, eran tan fuertes que le impedían pensar.
—¡Peter! —gritó tratando de tapar su desnudez.
—Wendy…
Sin saber cómo, se abalanzó sobre ella, la besó y deseó aun
con más fuerza ese cuerpo húmedo. Ella se resistía, pero él la agarraba con mas
fuerza, ella se quería alejar, el besaba su cuerpo con más intensidad.
Ella… él…
Los dos cayeron al suelo, mojado por el baño, era como un
remolino, los labios del muchacho la recorrieron toda. Ella ya no sabía si
seguirse resistiendo o disfrutar… gritaba, se quejaba, disfrutaba.
—Peter… eso no está
bien —hablaba la muchacha con débil voz, los labios voraces del joven jugaban
con su cuerpo.— ¡Peter retírate! —pero ella tampoco hacia nada por alejarlo. Al
contrario, le ayudo a quitarse su camisa.
Afortunada o desafortunadamente no había nadie en casa.
Era la primera vez de Peter Pan, era la primera vez de Wendy...
Los cuerpos de los jóvenes adolescentes se movieron presos de los deseos
escondidos por muchos años.
Las caricias torpes intensificaron los deseos del muchacho,
la ropa de él desapareció en su totalidad, mostrando ese cuerpo delgado,
marcado y bronceado por el sol.
Escucharon ruidos afuera
—Aquí alguien nos puede ver.
Salvaje e inquieto como siempre había sido, abrazó a la
chica, se la llevo volando desnuda por los cielos, escondidos entre el vapor
condensado de una inmensa nube.
—Peter tengo frio— la abrazó para darle calor, la besó y el
frio pasó a un segundo término.
No había ningún “te amo”, no había un “te quiero” en los
dichos de los jóvenes, pero si muchos
jadeos y exclamaciones.
El ahora muchacho estaba al borde del éxtasis, tenía sentada
sobre sus piernas a esa jovencita, para
que no se cayera. Aprovechaba que ella se sujetaba a su cuello para no caerse.
Él le manoseaba todo el cuerpo, pasaba desde sus glúteos blancos, para después
toquetear sus senos, contemplaba sus aureolas rosadas. Las mordisqueó y beso a
su placer. En una de esas la muchachita casi caía, pero él la apretó con su
insaciable apetito voraz.
¡Aun quería más, mucho más!
Con ella en brazos fue hasta lo más alto del Big Ben, la
recostó sobre su espalda, ella se removió por lo frio de su lecho, pero quería más
besos, quería más placer
—Sigue…—pidió pérdida en su mundo.
Sus deseos fueron concedidos. Grito de placer cuando la
lengua voraz de él probó sus labios vaginales, mordisqueó su clítoris, no había
dolor, solo un gran placer. Ya no había frio, solo un gran calor. El apretó con
fuerza los senos de ella haciéndola
gritar.
Los labios de los dos se unieron, cuando él, poco a poco fue
introduciéndose en ella
—¡Oh Dios! —Suspiraba la niña —hazlo con mucho cuidado
“Con mucho cuidado que” pensó el joven que no entendía nada.
“Ella debe de estarlo disfrutando tanto
como yo”.
Los movimientos eran torpes, él no lograba su cometido. Ella
se aferró fuertemente al cuerpo del joven. Él Por fin lo logró, sintió un
obstáculo en su afanosa tarea, pero la pasión era mucha, no lo dudó… empleó aún
más fuerza para derrumbar la barrera.
—¡Ay! —gritó Wendy
—¿Qué pasó? ¿Te hice daño? —unos hilos de sangre mancharon
la entrepierna de la joven.
La inocencia del joven lo hizo espantarse ¿Qué había hecho?
—Perdóname ¡te hice daño! Yo solo quería disfrutar el
momento, yo… quería hacerte disfrutar, no entiendo que pasó.
Su deseo no disminuía, al ver llorar a Wendy comprendió que
debía hacer algo para reparar el daño. La abrazó, besó sus lágrimas con cariño.
Poco a poco ella se fue calmando. Al
verla tranquila la penetró de nuevo, esta vez entró con más cuidado, acompasando
los movimientos con caricias tiernas.
Peter no entendía en su totalidad lo que estaba pasando,
pero de que le gustaba le gustaba, la besó afanosamente, movía sus caderas con
intensidad, al ritmo de los de ella. Sintió sus piernas apretarlo la pasión era
demasiada... llegó al éxtasis, gritó de emoción.
¡Nunca había sentido tanto placer!
Extenuados se recostaron un rato. La vista de la ciudad era
magnifica. Peter Pan jadeaba lamentándose de no haberlo hecho antes. “De hoy en adelante diario
disfrutare con Wendy. Me la llevare a Nunca Jamás, aunque ella no quiera”.
Pero ella no pensaba lo mismo. Pensaba en su prometido al
que quería. Ya comenzaba a arrepentirse. No alcanzaba a percibir ni por qué, ni
como se dio todo eso. Peter tampoco
decía nada.
—Wendy —dijo de pronto.— Esto quiero hacerlo todos los días
—¡Que! —Se admiró ella— Vienes así sin más después de cinco
años. Entras a hurtadillas a mi casa, me espías y ¡me sometes de esta manera!
—¿Someterte? No puedes negar que lo disfrutaste.
—Sí, pero desde el principio utilizaste la fuerza, no me
quedó más remedio que aceptar
—Me deje llevar, soy muy impulsivo—. Explicó sin terminar de
entender que había hecho algo malo.— Te prometo que haré las cosas de diferente
manera. Haremos también lo que tú quieras.
—No habrá siguiente vez —dijo la chica mirando la luna que
brillaba con todo su esplendor—. Yo estoy comprometida. Ya tengo 18 años.
—Si te robo y te llevo a Nunca Jamás estarás conmigo
siempre. Y el hombre que te promete, buscara a otra mujer, no hay mucho lio— se
encogió de hombros como si fuera lo más fácil del mundo
—Peter, yo… —bajo la cabeza apenada—, Yo lo amo
—Eso tiene que ser mentira, recuerda los besos que nos dimos,
nuestros dedales, nuestras miradas y la manera tan elocuente de despedirnos
antes.
—Eso eran cosas de niños. Además recuerda que dejaste de
buscarme. Tú nunca quisiste crecer
—¡No quería crecer! Pero ahora sí. Wendy mírame, estoy
dispuesto a crecer por ti.
—Lo siento —hablaba suave pero con firmeza— Ya decidí mi
futuro. Hace un par de años hubiera aceptado, pero ahora…
—Acabamos de hacer lo más maravilloso del mundo—. Empezó a
volar alrededor de ella molesto
—Tú me forzaste, me trajiste sin consultarme a este lugar—
casi gritaba—.
—Pero tú disfrutaste —dijo sin dejar de reír y jugar
alrededor de ella, picaba sus costillas con sus dedos. El frio comenzaba
taladrar el cuerpo de la fémina. Ver desde o alto la inmensidad de Londres comenzó
a darle miedo.
—Peter, por favor llévame a mi cuarto, tengo miedo. —suplicó
Impulsivo como siempre, tomó a la chica en sus brazos y la
dejó en su cuarto. Ella estaba muy asustada. Enojado se fue de nuevo sin despedirse.
Wendy sentía haberlo lastimado. Pero también pensaba en ella
misma. No podía echar a perder su futuro, por alguien que siempre le había
demostrado ser impulsivo y vanidoso, además de que la trataba más parecido a un
objeto que a una persona.
Wendy se miró a través del espejo, sus piernas estaban
manchadas de sangre y semen. Se le veía en la cara la decepción y la molestia
por todo.
—Yo te amé con todo mi corazón —sollozó la chiquilla, como
si Peter pudiera escucharla.— Pero te fuiste, nunca volviste y ahora me enamore
de "él"
***—**.**—***
—¡Yo siempre te he querido! —gritaba Peter Pan.— No tienes
idea del trabajo que me costó decidirme a dejar mi niñez y comenzar a crecer.
Recordó como estuvo dispuesto a matar a James Garfió, cuando
la secuestró. Ahora estaba dispuesto a matar a quien le quitara su amor:
Acostumbrado a ser siempre el centro de atención de todas
las personas, le costó ver el rechazo de esa niña. Lo rechazó por primera vez
cuando el no quiso madurar. Y ahora que le daba todo, lo rechazó de nuevo. Le dolió
de sobremanera la manera en como la joven lo desprecio.
Voló lo más rápido que pudo hasta su casita subterránea. Se
sumergió en sus pensamientos y así quedo, hecho un ovillo.
¡Qué difícil era madurar, que difícil era el amor! Disfrutó por
escaza medía hora lo máximo en su vida, y resulta que después le rompían el
corazón de la peor manera.
¡Siempre quiso ser niño! Hace cinco años prefirió sus
intereses a los de ella Y por eso la abandonó. Claro, ella lo rechazó y él
orgulloso no le rogó.
Se decidió solemnemente a no volver a su casa. Pero la decisión
le duró solo unas horas. Esa noche fue de nuevo hasta la casa de Wendy Darling.
Pero ahora era más tarde. La joven ya dormía. A través de la ventana la admiró
dormida, no pudo meterse esta vez, porque la ventana estaba cerrada. Pero
forcejeando logró abrirla
Voló muy cerca de ella, estaba a centímetros de tocar su
cama. De tocar su cuerpo. Le quito la cobija, y comenzó a acariciar su cuerpo
por debajo del camisón. Pero la chica despertó:
—Detente Peter
—No… —susurró— .Te gustó y a mi igual
—Ayer me tomaste por sorpresa y me deje llevar por emociones
y demás
—Pues hazlo otra vez —no dejaba de tocarla
La voluntad de la niña era muy débil, sobre todo cuando se
trataba de su amor de pubertad. Era tan guapo y tan varonil. ¡Pero no! Recordó
su actitud infantil y despreocupada. Sus caprichos e inestabilidad.
¡Ella no merecía un hombre como él!
Aventó al joven con todas sus fuerzas y se encerró en el
baño hasta que el otro cansado de golpear la puerta se fue. Corrió hacía la ventana
y la cerró, esta vez con llave. Con todo el dolor de su corazón la ventana
permaneció cerrada desde ese entonces… y las cortinas. No importaba si
escuchaba voces o golpes tras ellas. Jamás volvió a abrirlas
En cuanto a Peter Pan. Al tener relaciones sexuales, descubrió
que por más que quisiera regresar a su etapa infantil, ese lobo sexual estaría
siempre presente. Algo en él se rompió, ser egoísta y vanidoso solo sirvió para
perder a quien amaba. Sin darse cuenta dejo los juegos y las burlas, empezó a
buscar la soledad. Se dio cuenta de que la amaba de verdad.
No fue ni una, ni dos, ni tres veces las que volvió a Londres
a Buscar a Wendy. Le rompía el alma darse cuenta de que estaba con otro hombre.
Peter por supuesto no fue ni tan puro ni tan casto como él
quería. No le costó ningún trabajo seducir a Tigrilla, la princesa india que estaba
enamorada de él. Incluso coqueteo lo más que pudo con las sirenas. Tener
relaciones debajo del agua era tan peligroso como excitante.
***—**.**—***
Siguió yendo a Londres a mirarla de cerca. Fue muy duro
verla casarse con el hijo de su némesis, el capitán Garfio. Hace mucho tiempo el
joven de verde fue capaz de arrancarle una mano, pero su enemigo, ahora, le destrozó
el alma.
En alguno de sus furtivos viajes, descubrió a Wendy haciendo
el amor con su ahora esposo. No podía dejar de mirarlos, esa mezcla de celos y
lujuria lo volvían loco.
—Hazlo también conmigo —Casi le gritó una vez que
aprovechando que su esposo dormía la llevó de nuevo hasta lo alto del Bing
Beng.
—No Peter, comprende que estoy enamorada. Lo que sentí por
ti hace años desapareció, tú mismo con tu egoísmo lo echaste a perder.
—Pero…
—Entiende que podrás poseer mi cuerpo, pero nunca mi alma
—Lo miró de tal manera que el joven por fin pudo comprender la realidad de todo.
Sin decir nada más la cargó de nuevo hasta su casa.
“Adiós” fue lo ultimo que se dijeron los anteriores amantes.
Este fue el golpe definitivo para ese muchacho que siempre hizo
lo que quiso. Se dice que las poderosas aguas del rio Támesis, fueron las últimas
que lo vieron. Si cuando nació fue ave. Tenía la esperanza de morir como un
poderoso tiburón.
Sueños al fin y al cabo. Sueños que él gobernaba como al día
y la noche. Cerró los ojos… para… despertar en otro mundo.
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