LAZOS DE SANGRE

Lazos de sangre: 
Basada en hechos reales 


"MUCHAS VECES LA FAMILIAS RICAS SON LAS QUE GUARDAN LOS MAS OSCUROS SECRETOS"

Ricky:

Aun recuerdo la ultima vez que te vi, con tu gran estatura de casi 1.90 mts tu piel aceitunada, tus ojos negros y esa gran sonrisa que me dedicaste en tu abrazo…. Si alguien me hubiera dicho que seria la última vez que te vería, me hubiera portado diferente contigo. 

Esta carta es tal vez lejana, pero espero que algún día sepas lo mucho que te extraño y quiero.

Tú y yo nacimos cuando México aún era tranquilo. Podíamos jugar por las calles y los parques sin que hubiera mucha vigilancia de los adultos.

Hubo un tiempo, en que nuestra familia era rica y poderosa. Pero el dinero lo corrompe todo: la ambición y el poder son  capaces de destruir lazos de sangre que se creían unidos de verdad.


Tú, al ser primo de mi madre te convierte en mi tío, pero como casi somos de la misma edad siempre te dije “Ricky”.  Éramos muy unidos, nos teníamos mucho cariño…. También solías jugar con Jaime y con Gustavo; otros primos míos, los cuales son tres años menores que tú, pero de la misma edad entre ellos.  Ustedes  eran un trio de grandes camaradas, grandes amigos. Pasaban horas jugando en el corral de tu casa. A veces incluso dormían juntos en la casa de nuestra abuela. ¡Que años tan felices!

Pero hubo un accidente entre nosotros: Aun niños en la inocencia de aquella época, la curiosidad nos hizo  encontramos sin ropa ante la duda de ¿Qué era lo que los adultos escondían en su oscuridad? El experimento no me gustó y mejor te deje de hablar. Aunque hoy estoy convencida fui muy dura contigo. ¡Si hubiera sabido lo que nos deparaba  el futuro! Cosas muy diferentes pasarían en tu vida y tal vez en la mía.

Hoy que te estoy haciendo esta carta, ese accidente ya no me importa, éramos niños y ninguno de los dos sabia lo que hacia.

Más bien, la peor tragedia te pasó a ti: Nadie sabía que era lo que pasaba dentro de ti. Eras hijo único de una mujer de aproximadamente cuarenta años, rica y que  vivía con un  hombre déspota (tu padre) que supo aprovecharse de su soledad. Un hombre cruel que aparte tenía otros hijos de un anterior matrimonio. se dice que ni él ni tus medios hermanos te querían mucho y que a tu padre le  gustaba humillar, al menos a tu mamá.

A mí nunca nadie me dijo nada. Siempre creí que fuiste un niño feliz. Hasta hoy me entere, ya que soy adulta.

Cuando llegaste a la adolescencia, tus padres decidieron que la familia debería de trasladarse a Estados Unidos. Tú no te querías ir, te fuiste llorando y a Jaime le mandaste una carta de despedida. En ese entonces tu y yo no nos hablábamos y solo me regalaste una mirada profunda de despedida. ¡Que lastima que yo no supe interpretar tu dolor!

¡Nos extrañarías a todos! Pero eras un niño de 14 años y tuviste que irte…

Desde ese entonces los lazos se enfriaron. Los años pasaron, ninguno de nosotros te escribía o las llamadas telefónicas eran muy escasas.  Creo que el olvido anidó en Jaime, Gustavo y yo. Cumpliste 20 años y volviste a México con tatuajes, fumando marihuana, contando anécdotas de pandillerismo y delincuencia, visitas  a la correccional  y disfrutando ir a  prostíbulos. Para mi eras ya tan diferente que nos hablamos muy poco.

En tus andanzas de libertinaje quisiste llevarte a Jaime y Gustavo, pero el segundo también se distanció de ti (no sé por qué). Pero Jaime, tu primo incondicional te siguió. No se sabe con certeza si él también se drogó, tuvo sexo o solo fue tu acompañante en aquel prostíbulo.

Lamentablemente quise acercarme una vez a ti. Pude apreciar que estabas destruido por dentro a causa del desamor y crueldad de tu padre…

En esa fecha toda la familia habló mal de ti, algunos de mis tíos quisieron aconsejarte, pero tú preferías las drogas y visitar burdeles. Ese gusto no te duró mucho, pues el papá de Jaime descubrió las visitas de ustedes a aquellos lugares de mala muerte. Él fue severamente regañado por sus progenitores. A partir de esa fecha te quedaste más solo que nunca. Eras tú solo el de las andanzas y travesuras.

¡La soledad era tu premisa en un lugar donde la familia esta! Sin Jaime, sin Gustavo, sin mí. Solo te quedaron los cuchicheos de la familia, las malas lenguas y las críticas. Sin más que hacer regresaste a Estados Unidos, para  seguir con el pandillerismo y ser encarcelado varias veces.

Los años continuaron, tu mamá enfermó gravemente de cáncer, tu padre hizo poco por curarla... (Hoy se dice que él solo quería su dinero). Volvieron a México con tu mamá muy enferma. Llegaron, solo para que a los pocos días muriera. Su enorme casa, los muebles, el dinero, todo, todo te fue heredado. ¡Fuiste el heredero  Universal! para gran pesar de tu padre y sus otros hijos.

Como la vez anterior, estuviste una temporada acá y regresaste a los Estados  Unidos, siguiendo con lo mismo: drogadicción, pandillerismo, mujeres  y cárceles. Pero la pesadilla se hizo aún más grande: Tu padre te acorralaba para pedirte dinero y sobre todo,  la casa que por derecho era tuya. 

El tiempo pasó, los jóvenes nos hicimos adultos, Jaime y Gustavo  hicieron su vida, se casaron y tuvieron sus hijos. Mientras que tú tenías solo amantes y parejas pasajeras. La drogadicción ya era tu vida. Te encerraron en la cárcel, ya no por uno o dos años, estuviste más de cinco.

Por fin te dejaron libre en aquel país, te quitaron la ciudadanía estadounidense, te regresaron a México, prohibiéndote regresar allá. Llegaste a la que fue tu hogar. Ya estaban muy atrás aquellas épocas de juegos con tus primos. Ahora todo había perdido su lujo y resplandor. Al igual tú: pobre, con un cambio de ropa y ¡Sin Dinero!

Tu tía María (la abuela de Jaime, Gustavo y yo) se compadeció de ti, te ayudó como pudo, no olvidaba las palabras de tu difunta madre justo cuando estaba por morir: — ¡Cuídame mucho a Ricky!

Aunque mi abuela no tenía muchos recursos, velaba por ti tanto como podía. Tú sin empleo, vendías los pocos muebles que quedaban de aquella gran casa, pero ahora ya casi en ruinas. También quedaba casi intacto un viejo, muy viejo pozo de agua, el cual estaba tan profundo y sin mantenimiento que no se sabía si aún había agua o no.

Desgraciadamente tú  no podías o tal vez no querías encontrar trabajo. Además presionado constantemente  por tu cruel padre para que le dieras las escrituras de la casa ¡No sabias que hacer! Solo y carente de afecto, era muy difícil que enderezaras el camino. Muchos te aconsejábamos que la casa era tuya, que no se la dieras. Tú contestabas que nunca firmarías nada, pero… aun hoy no sé qué más pasó.

Te hiciste pareja de una  mujer que vendía droga, otra vez recaíste en las mismas, mi abuela María lloraba preocupada por ti A veces te llevaba comida, pero ¡Nadie más hacia ni veía por ayudarte! ¿Dónde nos encontrábamos Jaime, Gustavo y yo? ¿Por qué estábamos tan ciegos?

Una vez, venciste la pena y me viniste a saludar, me regalaste la mejor sonrisa de todas, nos  fusionamos en un gran y caluroso abrazo, no nos queríamos separar. Platicamos un poco, y recordamos los viejos tiempos, cuando aún todos éramos felices. Te fuiste ya entrada la noche

Días después te fuiste de viaje a la playa, acompañado de tu pareja. Aparentemente discutieron y ella se regresó sola.

¡FUE LA ULTIMA VEZ QUE SUPE DE TI!

Desapareciste. Ya nadie sabía nada de ti, se rumoraba que tú estuviste trabajando en un laboratorio de drogas sintéticas…. Pasaron un par de meses y todos seguíamos sin tener noticias tuyas.

Otro rumor nos llegó, te adentraste de lleno al Narcotráfico, en uno de los estados que la manejan con más fuerza… Con esa triste y solitaria idea me quedé.

Pero ayer hablando con mi madre me contó de la sospecha de que fuiste asesinado y aventado en ese gran y profundo pozo de agua que está el patio trasero de tu antigua casa. Sospechosamente días después de tu desaparición, fue llenado de escombro y sellado. Son muchas las personas que sospechan eso, pero por pacíficas y miedo a represalias nadie habla con la policía.

Lo único que sé es que desapareciste hace más de 2 años, no sabemos nada de ti, y muchos te creen muerto.

Pero para mí solo estas desaparecido…. ¡Yo siento que tu estas vivo!…. ME NIEGO A CREER EN TU ASESINATO.

Ricky mi querido Ricky Ojala que estés vivo y que algún día puedas leer esta carta de tu sobrina que nació el mismo año que tú y tantas veces jugó contigo. Estoy tan arrepentida de no haber hecho algo para ayudarte.

Espero algún día VOLVER A  VERTE.

¡TE QUIERO MUCHO!


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